Con tres obras de mucha exigencia en su ejecución, la OSUANL está lista para el concierto de hoy en el Teatro Universitario. El violinista Arón Bitrán es el solista invitado.
Por Ian Cavazos
Fotos: Perla Vázquez
La serie “Pasaporte Musical” de la OSUANL hará una segunda parada en Hungría y Polonia, donde se estrenará una pieza en Monterrey, y lucirán las composiciones de algunos de los músicos más célebres de los países.
Esta noche, la sinfónica brindará al público una amplia gama de emociones –entre ellas ternura, violencia, pasión, tristeza y humor– con un programa complejo para la orquesta, el cual pocas veces se interpreta en vivo, de acuerdo con el solista invitado, el maestro Arón Bitrán.
Las tres obras serán Suite de Háry János, del húngaro Zoltán Kodály; Chain 2, del polaco Witold Lutoslawski, la cual se estrenará en Monterrey; y el Concierto para orquesta, del húngaro Béla Bartók.
Bitrán, el violinista quien también forma parte del Cuarteto Latinoamericano, intervendrá a la mitad del concierto con Chain 2.
“No es un concierto para violín tradicional en el cual el solista se explaya y la orquesta acompaña. Es una obra en la cual la interacción tiene que ser continua y dinámica, cada vez diferente”, dijo el maestro.
En efecto, esta interpretación apela a un acercamiento musical distinto y cuenta con un elemento de aleatoriedad, que contiene secciones rigurosas, pero también secciones abiertas donde los músicos tienen libertad en matices y rítmica.
El Director General y Artístico de la OSUANL, Eduardo Diazmuñoz, explicó que el estreno –que se interpreta en medio de las obras de ambos húngaros– es poético y cuenta con una novedad irrepetible.
“Ese elemento de aleatorismo controlado y acotado es lo que le da esa magia”, expresó.
“Permite no solo que haya un gran virtuosismo por parte del solista y también de la orquesta, porque es endiabladamente difícil. Hay pasajes que son muy muy difíciles”.
Diazmuñoz destacó que este programa, al menos para el primer semestre, es el más complejo de todos debido a la exigencia de las tres obras.
El concierto abrirá con Suite de Háry János, con seis movimientos, en la cual Diazmuñoz advierte que hay un momento donde el público presenciará el concepto de un “estornudo musical”, que apela al dicho húngaro entre músicos: “Para contar una historia, primero hay que estornudar”.
Los asistentes se despedirán del encuentro con una mezcla de emociones en el Concierto para orquesta, de Bartók.
En el tercer movimiento, Elegía, habrá un momento dramático, así un intermezzo interrumpido en el cuarto movimiento, para que la gente se relaje antes del gran final, que se compondrá de un virtuosismo subido.
Con esta segunda parada de “Pasaporte Musical”, la intención de resaltar a Hungría y Polonia es mostrar la calidez e idiosincracia de ambos pueblos, que es similar a la de México, mencionó Diazmuñoz.
El concierto se llevará a cabo en el Teatro Universitario y los boletos –disponibles a través de boletia.com– tienen un costo de 160 pesos para la planta alta, y 180 pesos para la planta baja. Hay descuento para maestros, estudiantes e INAPAM.