Por Mauricio Becerra Mendoza
Fotos: Josué Cisneros
La doctora Leticia Torres Guerra es una de las investigadoras más destacadas del Estado en el área de las Ciencias Químicas. Ganó el Premio Nacional de Ciencias 2018 por su labor en la investigación de materiales avanzados.
En el evento Expo Innova UANL, la investigadora habló de la importancia de la ciencia para el desarrollo de la industria en un país. Ella ha trabajado –además del área de investigación y docencia– más de 30 años vinculando a la Universidad con las empresas.
Vitro, Cemex y Sigma alimentos son algunas de las empresas con las que ha realizado investigaciones en colaboración. Gracias a este trabajo en conjunto, la doctora ayuda en la capacitación de su personal por medio de los diplomados y maestrías que se ofrecen en la Universidad.
“Cuando estudiaba mi carrera, tenía claro que yo quería hacer ciencia, pero también sabía que en México no tenemos los recursos como en el extranjero”. Torres compartió que cuando regresó de su doctorado, había personas que le pedían que, con su conocimiento, les resolviera los problemas a las empresas. Como si esto fuera cualquier cosa.
“¿Pero cómo lo hacía? Se necesita un equipo, laboratorios, muchas cosas. Soy doctora en Química, pero no soy bruja”. Esos recursos necesarios pueden aportarlos la iniciativa privada.
La doctora no comparte la visión –sobre todo en el centro del país– de que la ciencia debe hacerse por sí misma, sin ningún interés empresarial. Para ella, la aplicación de la ciencia no está peleada con el desarrollo científico.
Cuenta que en un viaje que tuvo en Corea, observó cómo Samsung se alió con las universidades más importantes del país y juntos salieron adelante, cuando la situación de Corea era peor que la actual en México.
“Me consta que a nivel nacional, hay unos niveles de competencia muy elevados. Hay científico que me impresionan. Sin embargo ¿por qué no podemos transformar esos conocimientos en cosas que impacten a la sociedad? Por eso mismo la población desconfía un poco de los doctores, no ven muy claro cuál es la importancia de su labor”.
Hay gente que dice ¿Quieres que ganen el premio Nobel? Mándalos a Sheffield. ¿Quieres que hagan tecnología? Mándalos a Japón. Pero, ¿por qué no puede ganar el premio Nobel alguien que hace tecnología? O lo contrario, que la ciencia sirva para mejoras tecnológicas.
Torres considera que uno de los principales problemas es que el científico está tan especializado, que “sabe casi casi todo de casi casi nada”.
“El problema es que estás metido en una sola cosa; te aíslas del mundo. ¡Voltea a ver! Eso es tan importante para aplicar tus conocimientos a otra parte. Que pueda servir para producir riqueza en tu región, en tu país, que contribuyas. En ese sentido yo me siento contenta con lo que he hecho”, comentó.
A pesar de ello, Torres Guerra también recordó que la Universidad no es proveedora, sino solo colaboradora de las empresas. Pueden tener algunos intereses comunes, pero no uno imponerse sobre el otro.
En su momento, empresas muy importantes le ofrecieron a la doctora el triple de su sueldo en la Universidad y con un mejor equipo de trabajo, a cambio de trabajar exclusivamente para ellos.
Pero ella siempre ha tenido clara su vocación en la educación. Ayudar a los jóvenes estudiantes es una de sus grandes satisfacciones, pues sabe que necesitamos muchos investigadores, pero siempre que tengan la visión de mejorar la sociedad.