Soy Sandra Martínez, estudiante de la Facultad de Ciencias de la Comunicación, y este es mi día en la Uni.
Al sonar la alarma a las 6:30 de la mañana, me preparo para irme a trabajar. Al levantarme lo primero que hago es bañarme y, como toda mujer, me maquillo. Al estar lista, tomo mi desayuno con mi mamá, ya que es difícil para mí salir sin desayunar, pues sé que será un día pesado.
Después del desayuno, tomo mis cosas para salir de casa. Ya saliendo me dirijo a la parada más cercana para subir al autobús. Con suficiente tiempo siendo las 8:20, me dirijo a mi trabajo que se encuentra a 30 minutos de mi casa. Para distraerme del tráfico matutino, me pongo mis audífonos y escucho mi música favorita.
Al llegar al trabajo, cumplo con mis obligaciones y realizo paquetería, pues mi trabajo consiste en ventas en línea. Después, a las dos de la tarde, tomo mi almuerzo para seguir con mi jornada laboral.
A la hora de la salida, agarro un taxi que me lleve hasta mi facultad porque mi entrada es a las cinco de la tarde y con el autobús no llegaría a tiempo. Al llegar a mis clases de las cinco, llego con el tiempo justo pero, afortunadamente, mi profesor entiende que a estas alturas de la carrera todos andamos con prisas por el trabajo.
Durante los cambios de clases, aprovecho para comer con mis amigos en el snack y de ahí le sigo a las clases hasta las nueve de la noche.
En la salida tomo el Tigrebús ahí mismo en la facultad para bajarme en Wall-Mart Las Torres; tomo el autobús para dirigirme a mi casa. Llego en media hora y al llegar lo primero que hago es cenar. Ya cuando termino, veo en la televisión mis series favoritas y como a eso de las 10:30 de la noche, me preparo para dormir y empezar un nuevo día.