Generan en la UANL nuevas armas contra infecciones resistentes
Con el desarrollo de un par de patentes en las que trabaja con metales, José Rubén Morones Ramírez, investigador de la Facultad de Ciencias Químicas, y su grupo de investigación buscan recuperar la efectividad de antibióticos existentes y potenciar recubrimientos antibacterianos.
Uno de los grandes problemas de salud pública que enfrenta actualmente la sociedad a nivel mundial es la resistencia bacteriana a los antibióticos, un fenómeno que ha ocasionado que ciertos medicamentos pierdan cada vez más su eficacia debido a la evolución de las bacterias.
Ante esta situación, José Rubén Morones Ramírez y su equipo de investigación han generado un par de patentes en la Facultad de Ciencias Químicas (FCQ) de la UANL que proponen enfrentar esta creciente amenaza de una manera efectiva y sostenible.
Ofrecen receta innovadora contra bacterias
A través de la patente No. 410940, el también coordinador del Centro de Investigación en Biotecnología y Nanotecnología de la Universidad y su equipo proponen una especie de receta innovadora en la que se unen dosis de iones de metales de transición a concentraciones de microgramos, con antibióticos, lo cual ayuda a recuperar su efecto bactericida.

“Los metales tienen algunas características químicas que hacen que puedan potencializar los antibióticos”, explicó el investigador.
“Tienen algún efecto en la membrana de las bacterias, lo cual las hace más porosas”, agregó, “aparte que tienen algunas trayectorias bioquímicas que se detonan cuando entran en contacto con los metales, que hacen que los antibióticos sean más potentes”.
En este proyecto, que surgió de la tesis de Javier Garza Cervantes, entonces alumno de Morones Ramírez, los científicos universitarios eligieron trabajar con metales de transición como el zinc, níquel, cobre, manganeso y magnesio, que son claves en la nutrición humana.
Las pequeñas dosis de estos elementos fueron aplicadas en familias de antibióticos de las penicilinas y los aminoglucósidos.

Observamos que muchas veces algunos de los antibióticos ya no eran eficientes, dadas las altas concentraciones que se necesitaban, ya eran concentraciones tóxicas para el ser humano”.
“Pero al suministrarlo junto con estos metales, lográbamos bajar la concentración que se necesitaba y ahora era como un rescate del antibiótico para poder contrarrestar esa infección”, añadió.
El profesor universitario apuntó que esta combinación también resensibiliza cepas multirresistentes de las bacterias E. coli y S. aureus, lo cual es un resultado esperanzador para ofrecer tratamientos más cortos y menos tóxicos para el paciente.
Crean recubrimientos con acción bactericida
Un segundo trabajo de Morones Ramírez ligado a metales, pero esta vez a la plata, obtuvo también su registro de patente y consiste en un procedimiento “verde” para generar un nanobiocompuesto a partir de la cáscara de naranja y nanopartículas de plata.
En esta innovación, el residuo agrícola de la naranja, abundante en la región, actúa como fuente de celulosa microfibrilada, en la cual se sintetizan nanopartículas de plata para proporcionar una gran actividad antimicrobiana.
De acuerdo al científico universitario, el material obtenido de este proceso puede ser hasta 10 veces más eficaz contra bacterias Gram-positivas y cinco veces contra Gram-negativas que los compuestos tradicionales.

La plata es uno de los metales más prometedores y más estudiados de propiedades antimicrobianas; de hecho, históricamente, la plata fue el primer antibiótico, se puede decir”.
Este proyecto, igualmente derivado de la tesis de Garza Cervantes, surgió por medio de una colaboración entre la FCQ y el Centro de Investigación Verde de York, en el Reino Unido, sitio que cuenta con una plataforma para obtener nanocelulosa de cáscara de naranja.
“Javier, como parte de su tesis, hizo la funcionalización de ponerles a estas nanocelulosas que provienen de la cáscara de naranja, sintetizar nanopartículas de plata dentro de estas fibras”, señaló Morones Ramírez.
“Y entonces a estas fibras, que es un material que tiene muchas características en particular, ahora se les añaden propiedades antimicrobianas”, señaló.
Los resultados obtenidos por este equipo de investigación de la UANL abre la puerta a apósitos, recubrimientos o empaques alimentarios con mayor acción bactericida y bajo impacto ambiental.
Asimismo, la aplicación de este tipo de material es muy versátil, ya que también puede ser utilizado en la industria textil y hasta en pinturas que contribuyan a que las paredes estén libres de microorganismos.
Resaltan importancia de patentes en la Universidad
El investigador de la UANL, que es Nivel III del Sistema Nacional de Investigadoras e Investigadores, indicó que, en su conjunto, estas patentes aprovechan recursos y procesos ecológicos para diseñar nuevas armas contra infecciones resistentes, con el potencial de mejorar la salud pública y disminuir costos en el sistema sanitario.
De igual manera, resaltó el trabajo que ha realizado la Autónoma de Nuevo León en la generación de conocimiento, innovación y tecnología.

La industria obviamente es una generadora de patentes muy fuerte, pero considero que en las universidades donde se genera el conocimiento y en los centros de investigación es donde más patentes se tienen que desarrollar. Ahí es donde todos los investigadores y los grupos de investigación ven las nuevas cosas en los laboratorios”.
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Por: Marco Córdova Fotografía: Carolina Silva y Efraín Aldama
Video: Alan Villarreal y Román Medina