Es Yanina Zapata entrenadora y madre ejemplar
La entrenadora del equipo de softbol de Tigres comparte con su hija Yanina la pasión por el deporte. Juntas han logrado grandes triunfos para la UANL gracias a su disciplina y su entrega.
La vida de Yanina Zapata Murgas gira en torno al softbol, un deporte del que es entrenadora en Tigres UANL y que le apasiona tanto como a su hija, a quien formó desde pequeña para convertirse en atleta universitaria y jugadora profesional en el equipo de Sultanes Femenil.

Nacida en Panamá, pero radicada en Monterrey desde hace décadas, se considera a sí misma estricta en el “diamante”, con gusto por las compras, las series coreanas, la comida hecha especialmente para su familia y ser una mamá presente.
Fuera del campo soy su amiga. Puedo ser su mamá o su tía, pero ya entrando al campo, soy otra persona. Igual con mi hija. Desde chica le inculqué que al entrar al campo ya no era su mamá, era su entrenadora. En la casa nos ponemos a preparar la comida y salimos de compras, pues nos encanta gastar”.
Llegó al representativo azul y oro hace 18 años, después de jugar con la Selección de Nuevo León y de México. Es analítica y gracias a su visión ha logrado levantar la copa del tricampeonato junto a sus pupilas.
Para Yanina Treviño, hija de la timonel auriazul, su mamá es un ejemplo de motivación que le ha servido para alcanzar lo más alto en su carrera.

Desde los 9 años ella empezó a entrenarme; de hecho, venía aquí al campo de Tigres y logré representar a la Universidad durante mi carrera. Gracias a ella conocí el softbol. Creo que si ella no fuera entrenadora, yo no estaría aquí, así que le agradezco por todo lo que me ha enseñado porque con su apoyo he podido alcanzar mis sueños”.
Dentro del terreno de juego, Zapata Murgas es una mujer aguerrida que inculca valores y disciplina a sus atletas. En el hogar, también es firme en sus decisiones, disfruta del orden y de la compañía de sus hijos Yanina y Ulises.
“Soy pasalona, pero en algunas cosas soy muy estricta. No me gusta que dejen las cosas tiradas, como toda mamá. A ellos también les corresponde colaborar en los quehaceres de la casa. Y en el juego me gusta enseñarles a las jugadoras que deben seguir indicaciones para su beneficio y del equipo”, remarcó.
Un apoyo mutuo
Gracias a su empuje, su hija Yanina se ha posicionado como pítcher estrella en Sultanes Femenil.

Con el número 29 y un guante con la frase que le recuerda el apoyo de su madre (Si lo imaginas, lo crees y si lo crees, así será), la jugadora ha conseguido en su carrera varios juegos “sin hit”.
Cuando era chiquita soñábamos con este momento y hoy puedo decir que es un orgullo para mí el verla desarrollarse profesionalmente. Se siente muy bonito compartir este deporte que nos encanta a las dos y siempre voy a estar ahí para apoyarla”.
Asimismo, resaltó que su mamá constantemente le recuerda que deben separar la convivencia con la disciplina y que nunca debe darse por vencida.

“Afuera sí hace relajo, le encanta bailar y se pone a grabar tiktoks con las compañeras, pero sabemos que dentro del campo es una cosa y afuera es otra. Estoy muy agradecida por todo este tiempo que hemos estado juntas dentro del terreno de juego. Me ha regañado y hemos discutido, pero estoy donde estoy gracias a ella. He logrado tantos triunfos gracias a su enseñanza. A todas las madres, así como la mía que lo dan todo, les deseo un feliz día y un gran reconocimiento”, finalizó.
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Por: Alexandra Amao
Video: Marcus Morales e Ilse Rangel