Son microalgas aliadas contra contaminación
Investigadores egresados de la Facultad de Ciencias Biológicas de la UANL diseñan sistema de microalgas que reduce contaminantes a través de la biotecnología.
La calidad del aire en las grandes ciudades del país ha sufrido un deterioro considerable en los últimos años. Y las consecuencias han prendido las alarmas ya que estudios señalan que hasta 25 mil personas mueren al año en México por esta razón.
Un estudio realizado por dos biotecnólogos egresados de la carrera en Biotecnología Genómica de la Facultad de Ciencias Biológicas de la Universidad Autónoma de Nuevo León busca brindar una salida a esta preocupante situación.
Ramón de Hoyos Cantú y Daniel Garza García crearon el proyecto ALIS (Algae Innovation Solutions) con la idea de acabar con (contrarrestar) la falta de árboles de las zonas urbanas para neutralizar los efectos de los gases de invernadero.
¿Cómo funciona?
Este sistema de microalgas transforma estos gases y demás partículas vertidas por la industria y el transporte en proteínas, alimento para el ganado y algunos beneficios más.
“Somos dos biotecnólogos que en realidad estamos buscando hacer algo para mejorar el medio ambiente de la ciudad de Monterrey y de cualquier ciudad que esté contaminada.
“Buscamos aplicar la biotecnología en la reducción de emisiones contaminantes en la atmósfera utilizando microalgas”, explicó De Hoyos.
Las microalgas las usamos porque son capaces del intercambio de C02 por oxígeno o la respiración de los árboles. Pueden hacer este proceso 100 veces más eficiente que los árboles. También por su alta tasa de crecimiento”.
De acuerdo con los investigadores que llegaron a la final del Tiger Tank 2019 de la UANL con este proyecto, la biomasa obtenida pudiera usarse también para la generación de biofertilizantes y material óptimo para las industrias farmacológica y cosmética.
De Hoyos Cantú recalcó el alcance que pudiera tener su trabajo en el ambiente.
“Nuestro sistema tiene la capacidad de capturar 1.1 toneladas de dióxido de carbono al año. Si instalamos 17 hectáreas es como si tuviéramos otro Chipinque respirando.
“Superaríamos por mucho el déficit de la falta de seis millones de árboles en la ciudad y que sería una hectárea de nuestros sistemas”.
Por su parte, Garza García manifestó la necesidad de que el alto grado de contaminación de la ciudad sea atendido por todos los integrantes de nuestra sociedad al ser una problemática que afecta en todos los ámbitos: económico, político, social, de salud.
La industria, el estado, la sociedad tienen que tomar parte en esto; todos en conjunto como alianza. Es lo que buscamos hacer, establecer una relación entre industria y estado en alianza con la academia”.
Por: Luis Salazar Fotografía: Daniel Zamora