Letra, cuerpo y memoria
La Universidad Autónoma de Nuevo León incentiva la escritura y creación literaria con el “Laboratorio de Escritura: cuerpo y memoria”. Las piezas finales se publicarán en Interfolia, revista de la Capilla Alfonsina.
La Capilla Alfonsina Biblioteca Universitaria de la Universidad Autónoma de Nuevo León es un edificio icónico de Ciudad Universitaria que, además de resguardar el acervo bibliográfico de Alfonso Reyes, piezas museográficas y ha sido sede de charlas y conferencias magistrales, ahora también alberga el “Laboratorio de Escritura: cuerpo y memoria”, que inició el 27 de octubre.
El taller de escritura será impartido en 10 sesiones presenciales por Ángel H. Candelaria y Carlos Rutilo, en un horario de lunes y viernes de 13:00 a 15:00 horas en la Sala de Usos Múltiples.

El objetivo es acompañar a los asistentes en su proceso creativo y está dividido en dos temáticas: el cuerpo y la memoria, comentó Candelaria en entrevista para Vida Universitaria.
“La idea del taller nace también de la importancia que habíamos notado Rutilo y yo de que se impartieran talleres literarios en la Universidad, concretamente en el campus de Ciudad Universitaria. Nos llamaba mucho la atención también, no solo porque creo que casi siempre se empiezan como con talleres de introducción o de fomento de lectura.
“Pero también nos interesaba mucho esta idea de llevar cada quien la experiencia que tiene con su proceso creativo y demás a un taller, principalmente con esta idea de que imitando se aprende”, indicó Candelaria, quien igual que Rutilo, es egresado de la carrera de Letras Hispánicas de la Facultad de Filosofía y Letras de la UANL.
Ambos observan que muchas veces los jóvenes, cuando empiezan a escribir, siguen una fórmula o están un poco desorientados; por eso consideran que la creación de estos círculos es importante.

“De ahí nace este taller. Yo había planeado un taller solamente sobre cuerpo y lenguaje. Rutilo estaba trabajando en un taller sobre literatura y memoria. Entonces cuando nos ofrecen ofertarlo en conjunto, dijimos, bueno, pues ¿qué vamos a hacer? ¿Cómo vamos a adaptar las dos ideas que tenemos de los talleres?
Y de ahí nació la idea de que fuera un laboratorio, principalmente ¿por qué? Porque cuando estamos trabajando en un laboratorio, trabajamos con materia viva, como con un objeto de estudio que puede ser demostrable, que es tangible. Entonces la idea también del taller literario también nos remitía vamos a acompañarlos en su proceso de escritura”.
Agregó que el Laboratorio de Escritura, Cuerpo y Lenguaje, también se piensa como una suerte de un territorio de juegos, un territorio de acompañamiento como punto de partida.
El taller culminará con una publicación digital en el suplemento El Ventanillo, de la revista Interfolia. También está en consideración con los asistentes cuál puede ser otra plataforma para dar a conocer los trabajos que resulten de estas exploraciones literarias.
Por: Guillermo Jaramillo Fotografía: Efraín Aldama
