Rinde UANL tributo a soprano Graciela Suárez
Considerada como la mejor soprano de México, Graciela Suárez Treviño fue homenajeada en vida en varias ocasiones por la Máxima Casa de Estudios del Estado. Llegó a ser prima donna de la compañía de ópera de Bellas Artes.
Por: Guillermo Jaramillo Fotografía: José Luis Macías
Entregada a la expresión artística, la música y el canto fueron para Graciela Suárez Treviño las herramientas para compartir sus conocimientos con el mundo, por lo que el Aula Magna “Fray Servando Teresa de Mier” del Colegio Civil Centro Cultural Universitario reunió la noche del 9 de marzo a familiares y amigos para brindarle un último aplauso.

Suárez Treviño conquistó escenarios en Nueva York y en la Ciudad de México como una exitosa cantante, razón por la cual la crítica la llegó a considerar como la mejor soprano de México por la potencia de su voz torrencial.
El 8 de febrero partió de este mundo terrenal y la Facultad de Música de la Universidad Autónoma de Nuevo León le organizó un emotivo homenaje al piano en cuyo escenario fue instalado un retrato de la cantante, frente al que se interpretaron lieds, canciones francesas, arias, entre otras piezas.
Como estudiante, Suárez Treviño cultivó el lied como recitalista cautivando al gran público admirador de este arte debido a la elasticidad de su voz. Desde el lirismo más ligero hasta el dramatismo más impresionante, era considerada una soprano “absoluta”.

Entre México y Monterrey
Contratada como prima donna de la compañía de ópera de Bellas Artes, la vida de Graciela Suárez Treviño transcurrió volando de México a Monterrey, mientras cumplía sus compromisos como maestra de canto en la Universidad Autónoma de Nuevo León.
Debutó en el Palacio de Bellas Artes con la obra de Giuseppe Verdi “Baile de Máscaras” y ofreció conciertos en los grandes escenarios del país, así como en el Rockefeller Center de Nueva York y Washington.

Entre su repertorio operístico se encuentra: “Madame Butterfly”, “Tosca”, “Bohemia”, “Suor Angelica”, “Manon Lescaut”, “Turandot”, “La Traviata”, “Otelo” y “Aida”.
De entre las obras que representó en el Palacio de Bellas Artes destacan “Baile de máscaras”, “Andrea Chénier”, “Cavallería rusticana” y “Il Tabarro”.
La Universidad Autónoma de Nuevo León la reconoció en varias ocasiones con diferentes galardones: Premio UANL a las Artes 1992, Reconocimiento por trayectoria a nivel nacional e internacional (2001), Reconocimiento por brillante y destacada trayectoria UANL (2003) y Reconocimiento a la excelencia en el desarrollo profesional (2004).
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