Adelanta UANL futuro de microbiobots
El Secretario de Investigación Científica y Desarrollo Tecnológico de la UANL, Juan Manuel Alcocer, explica el desarrollo de la investigación de bacteriobots y su importancia en la biomedicina.
Por: Luis Salazar
El sueño dorado de la medicina de crear nanomáquinas que puedan recorrer el cuerpo y curar enfermedades es un futuro cada vez más real y menos ciencia ficción.
Sin embargo, la nanoingeniería actual predice que será a partir del 2035 cuando las nanomáquinas sean moneda común en la biomedicina.
Será a partir del 2035 cuando las nanomáquinas sean moneda común en la biomedicina.
Pero nadie contaba con la astucia de los microbiobots, bacteriobots y celbots, que hoy son una realidad y apuesta biomédica a la espera de esas nanomáquinas que llegarían hasta fines de los años treinta de este siglo, explicó el Juan Manuel Alcocer González, Secretario de Investigación Científica y Desarrollo Tecnológico de la UANL.
Mientras describía el trabajo de laboratorio que realiza junto con su equipo para construir nanovectores (o nano-transportes) que lleven en sus entrañas drogas y genes que se controlen por magnetismo y actúen a donde les piden, es decir, tumores o células cancerígenas, el doctor recordó un clásico del cine de ciencia ficción: Un viaje fantástico de 1966.
La película Un viaje fantástico es ciencia ficción, pero hoy hay señales de volverse realidad".
En el filme un grupo de científicos desarrolla tecnología de miniaturización, pero uno de ellos sufre un infarto y el resto decide aplicar su creación al miniaturizar un submarino que los transporte dentro del cuerpo de su colega y poder curarlo en menos de 72 horas.
Así dice el guión que luego sirvió para una novela homónima de Isaac Asimov, una serie de dibujos animados y una pintura de Salvador Dalí.
Ahí iban ellos dentro del submarino luchando contra plaquetas, proteínas adhesivas, la oscuridad, células fagocíticas. Finalmente, logran disolver el coágulo y salen a través de una lágrima del colega enfermo. Hace poco Guillermo del Toro empezó a filmar en Montreal el remake de esa película".
El científico explica que él y su grupo de investigación piensan que antes de que se generen las primeras nanomáquinas, una primera generación pudieran ser microbios, bacterias o células convertidas en nanodispositivos controlados.
“Y pienso en células que tienen individualidad en el organismo, como los eritrocitos, los macrófagos y los linfocitos”, dijo señalando a los presuntos implicados y futuros microbiobots, bacteriobots y celbots, respectivamente.
¿Cuáles de estos microbiobots se podrían utilizar para convivir de manera amigable?
Dice que la respuesta está en los que son reconocidos como seguros y consumimos a diario: las bacterias lácticas, las cuales producen un beneficio, son probióticas y tienen una etapa de permanencia en el organismo.
Antes de que se generen las primeras nanomáquinas, una primera generación pudieran ser microbios, bacterias o células convertidas en nanodispositivos controlados.
¿Y hablar de celbots?
Su apuesta está en los eritrocitos, células que andan libres por el cuerpo y tardan unos 40 minutos en hacer su fantastic voyage por el cuerpo humano.
De hecho, Alcocer y otros investigadores trabajan en adherir materiales magnéticos y vectores que transporten drogas y genes en los eritrocitos.
Hasta el momento, han obtenido resultados buenos en murinos (ratones), con resultados focalizados y sin daños colaterales. El equipo de investigación tiene varios artículos publicados en revistas de alto impacto e investigaciones en tesis de maestría y doctorado.
Juan Manuel Alcocer acepta que aún faltan estudios para cuantificar a ciencia cierta la expresión en las células dañadas y en la correcta entrega de los fármacos y genes.
Además, podrían trabajar en bifidobacterias o en otro de los transportes más sui géneris: los espermatozoides.