Continúa la lucha contra el VIH
Hace 40 años se registraron los primeros diagnósticos del síndrome de inmunodeficiencia adquirida en el mundo, y hasta hoy los investigadores están en pie de lucha para continuar con los avances médicos que mejoren la calidad de vida de las personas afectadas.
Con motivo del Día Mundial del Sida, que se conmemora a nivel internacional este 1 de diciembre, el doctor Javier Ramos Jiménez, profesor del Servicio de Infectología de la Facultad de Medicina (FACMED), hizo un breve repaso del surgimiento de esta enfermedad a nivel mundial.
El experto universitario, líder de proyectos de investigación vinculados al VIH que se desarrollan en la UANL desde hace décadas, recordó la experiencia con el entonces desconocido virus al estar realizando sus prácticas profesionales en los Estados Unidos.
Primero nadie sabía qué era. Los médicos se debatían sobre la estructura del problema, por ello en 1981 no se le llamó VIH o SIDA, puesto que hasta 1983 se logró aislar al agente causante del problema".
“Era la época de Ronald Reagan en la presidencia de los Estados Unidos, así que no se llamó públicamente VIH hasta casi cinco años después de su descubrimiento. La gente era categórica, si en un edificio llegaban a saber que un inquilino estaba infectado lo hacían desalojar. En los trabajos cesaban a la gente sin motivo”, recordó Ramos Jiménez.
A principios del milenio se trazó el plan de ONUSIDA 90-90-90, proyectado para el año 2020, en donde se encomendaba a las autoridades sanitarias garantizar que el 90% de las personas con SIDA estuvieran diagnosticadas, el 90% diagnosticadas recibieran tratamiento y el 90% de éstas contaran con carga viral indetectable. La misión fracasó.
Hablar de estadísticas es entrar a una zona de limbo, pues hay que recordar el estigma social que el tema significa, por lo que la mayoría de los infectados con VIH ni siquiera conocen su diagnóstico.
“Hoy en día en el mundo hay gente que está infectada y no lo sabe. Aquí mismo en Nuevo León, el estigma de saberse con SIDA y que los demás lo sepan, hace que las personas no vengan a diagnosticarse”, indicó Ramos Jiménez, agregando una serie de factores como la pobreza, la desigualdad social y falta de oportunidades para lograr una salud digna.
Cabe señalar que existe el temor general a quedar desempleado si en el trabajo se enteran de uno de sus empleados se infectó con SIDA. Dicha práctica es ilegal; sin embargo, el tema sigue siendo tabú a nivel nacional y local.
Las complicaciones que generó el Covid-19
La población mundial con SIDA se vio afectada por la presencia del COVID-19, situación que dejó un desabasto en medicamentos, falta de atención por parte del sector gubernamental y medios de comunicación, además del temor a salir a la calle.
Antes de la pandemia había muchos centros de detección gratuitos, instituidos por organizaciones gubernamentales y ONGs, que eran accesibles y estábamos muy optimistas porque se hacían diagnósticos temprano. Pero muchos de estos centros cerraron para no exponerse a la pandemia, y esto hace que ahora los pacientes se estén diagnosticando más tardíamente".
“En otras partes del mundo, la pandemia dio como resultado un desabasto de medicamentos, situación que repercutió aquí en México también. Los pacientes no querían salir de la casa, no querían venir a sus consultas habituales. Ahora estamos diagnosticando otras complicaciones, inclusive algunos abandonaron el tratamiento por un miedo a no querer salir”, enfatizó el especialista.
La atención pediátrica es área de oportunidad
Para Ramos Jiménez, uno de los retos más importantes en la lucha contra el VIH-SIDA, es la atención a los niños.
Hay retos muy importantes. Por un lado, hay carencia de medicamentos para niños. Hay alrededor de 30 medicamentos para adultos, pero hay pocos jarabes pediátricos, entonces los pediatras todavía tienen que moler las pastillas de los medicamentos de los adultos, prepararlos, molerlo y calcularlo con un proceso completamente artesanal".
“El niño no puede ser responsable de su atención y en ocasiones su entorno social no es el adecuado como es el caso de los niños abandonados, o en ocasiones a los familiares les da miedo el tema y no toman la responsabilidad”, subrayó el galeno.
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Por: Guillermo Jaramillo Fotografía: José Luis Macías