Describe experto peligros de la convivencia con el oso negro
Omar Ocañas García, maestro en ciencia animal, presentó en la EcoFav la conferencia “Manejo de conflictos entre actividades humanas y el oso negro”.
La Facultad de Artes Visuales de la Universidad Autónoma de Nuevo León organizó la EcoFav en el marco del Día en Contra del Cambio Climático, evento que se realizó del 22 al 24 de octubre en distintas sedes de la dependencia.
La población de oso negro se ha visto reducida por la caza, además de ser desplazada de su territorio a causa del cambio de uso de suelo para agricultura y ganadería.
Para concientizar a la población estudiantil del Campus Mederos sobre la importancia de tomar algunas medidas y recomendaciones en cuanto a la convivencia con el oso negro, se invitó a Omar Ocañas García a dictar la conferencia “Manejo de conflictos entre actividades humanas y el oso negro” el 22 de octubre en el Auditorio E de la escuela.
Ocañas García, maestro en ciencia animal, enfatizó que el oso negro es una especie catalogada como amenazada, pues existe poco menos de un millón de ejemplares a nivel global, por lo que expuso una serie de hechos que ponen en peligro la vida de este ejemplar.
Una vida dura
Durante los meses de junio, julio y agosto se incrementan las actividades del oso negro, que llega a concebir de una a cuatro crías en una camada.
Los osos negros son animales solitarios, con excepción de aquellos grupos familiares donde habita una hembra con crías. La población mantiene una marcada jerarquía basada en el tamaño y peso del macho alfa.
El oso negro es un carnívoro que defiende territorio por agua y alimento. Esto lo tenemos que tomar en cuenta cuando nos percatamos de la presencia cercana de un ejemplar o un grupo de ellos”.
El experto agregó que este animal es una especie omnívora, es decir, come lo que sea, lo que representa un peligro para su propia existencia.
Los meses de junio, julio y agosto están llenos de actividad, pues el oso negro se prepara de cara al invierno, aunque Ocañas García enfatizó que en Nuevo León el oso negro no hiberna.
Entre las problemáticas más graves con las que se encuentra el oso negro está la presencia del ser humano, por lo que Ocañas García destacó que la manera más devastadora en la que podemos convivir con esta especie es alimentándolo.
De la misma manera, los osos dañan cultivos, apiarios y el ganado, incluso puede ocasionar lesiones y pérdida de vidas humanas.
Los estudios que hemos realizado señalan que los osos están donde está la gente. Esta es una especie que piensa con el estómago. Hemos encontrado que un oso sufre mucho cuando los humanos lo alimentan, pues es una especie que de un bocado traga, tanto desperdicios que contienen plástico como aluminio".
“Los osos abandonan su hábitat y esto nos ha permitido percatarnos de que les cuesta mucho esfuerzo volver a adaptarse a su naturaleza”, indicó.
Entre las posibles soluciones presentadas por Ocañas García se compartió la experiencia de Yosemite, California, que en 2000 tenía 1 mil 600 conflictos con osos.
Y luego de la implementación de distintas medidas como el manejo de atrayentes en distintos contenedores de basura, capacitación de su personal, educación al visitante al parque nacional, aplicación de multas, en diez años se redujo a 120 el número de conflictos.
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Por: Guillermo Jaramillo Fotografía: Roberto Castañón