Equilibrio, clave para cuidar a un adulto mayor
El estrés puede desencadenar depresión, apatía, irritabilidad, resentimiento hacia la vida e irresponsabilidad en el cuidado del adulto mayor.
El distrés o estrés negativo es el estado que ocasiona un desajuste en la capacidad de desenvolverse o desarrollarse de forma exitosa en una actividad en la cual se tiene experiencia, habilidad, aptitud y el perfil para hacerlo.
Si una persona cuida a un adulto mayor, esta labor puede causar distrés o estrés negativo si no se equilibra el tiempo y días de descanso.
Estar en un lugar cerrado y pasando mucho tiempo con el adulto mayor crea un desgaste emocional que te hace sentir con baja autoestima”.
Tiempo que debe pasar el cuidador con el adulto mayor
Almaguer Alanís advierte que pasar 24 horas con el adulto mayor es mucho tiempo y esto puede afectar al cuidador.
Recomienda que debe ser menos de ocho horas, cinco días a la semana, y luego tener un reemplazo, puede ser de un familiar y otro cuidador profesional.
“Cuando el cuidador es reemplazado, cambia el estado mental del adulto mayor, debido a que ve a otra persona diferente”, expuso Almaguer Alanís.
¿El cuidador debe ser alguien externo o un familiar?
Es preferible que sea un cuidador externo debido a que tiene más autoridad, porque cuando es un familiar, el adulto mayor tiende a ponerse en una postura de ‘Esta es mi casa y hago lo que quiero’”.
“Si un familiar va a cuidar a un adulto mayor, conviene que esté en la noche, que es cuando está dormido y tal vez no pida muchas cosas como comida o agua.
“Pero en el día debe tomarse las medicinas, comer o realizar otra actividad y ahí es donde el adulto mayor hace más caso, porque el cuidador le dice: ‘Señor, si no se porta bien, lo voy a comentar a su familia, que no está haciendo bien las cosas’”, detalló el psicólogo.
La edad y el género del cuidador
El cuidador debe ser alguien que esté cerca de la brecha generacional del adulto mayor. Por ejemplo, si tiene 75 años de edad, el cuidador debería tener alrededor de 55 a 60 años o más, aproximadamente, pero en óptimas condiciones mentales y físicas.
Esto permitirá que el adulto mayor acepte al cuidador debido a los temas de conversación, anécdotas y la empatía que se pueda generar.
“Si tú mandas a un jovencito, no habrá química, porque el joven va a estar en su celular en las redes sociales o en llamada con los amigos. Y las pláticas con el adulto mayor no le son interesantes”, argumentó.
En cuanto al género del cuidador, debe ser el mismo que el del adulto mayor, por la cuestión de la higiene personal.
Sin embargo, al realizar la función de cuidador las mujeres son las óptimas por su inteligencia emocional, ya que se ven menos afectadas psicológicamente.
“La mujer tiene más cosas en su mente, ya que piensa en los hijos, en el esposo o en las actividades que va a hacer llegando a casa. Tiene más recursos emocionales”, precisó.
Por: Eduardo Rodríguez Palacios Fotografía: Efraín Aldama Villa