Obligan sismos a revisar códigos de construcción
De acuerdo con el investigador de la UANL Juan Montalvo Arrieta, las consecuencias de fenómenos naturales como los terremotos pueden aminorarse si se cumplen los lineamientos de construcción en zonas con actividad sísmica.
Por: Eduardo Rodríguez Palacios
La revisión y actualización de los códigos de construcción de los edificios es uno de los mayores aprendizajes que le ha dejado a la sociedad y a las autoridades locales los terremotos ocurridos el 6 de febrero en Turquía y Siria, asegura el investigador de la Universidad Autónoma de Nuevo León Juan Carlos Montalvo Arrieta.

Este terremoto ha dejado una gran lección sobre cuidar la revisión y aplicar las reglamentaciones antisísmicas. Cuando hay centros urbanos que están muy cerca de regiones tectónicamente activas, la importancia es que los reglamentos de construcción se puedan cumplir y que los gobiernos en sus diferentes niveles hagan valer estos códigos para seguridad de la población. Cuando no se toma en consideración esto, quedará en evidencia la gravedad de la situación que puede ocurrir”.
La argumentación anterior toma relevancia debido a que varias estructuras y edificios sufrieron daños o se colapsaron en su totalidad y, después de algunas inspecciones realizadas, todo apunta a que cierta infraestructura no cumplía con los lineamientos para una zona con actividad sísmica.
Por ello, Montalvo Arrieta recalca que cada proceso tectónico ocurre diferente para cada país y la reglamentación tiene que adecuarse a las características tectónicas de la región y las condiciones del sitio, es decir, el medio geológico en donde están asentadas las estructuras.

“En México, por ejemplo, quienes son los responsables de revisar la parte sismológica dentro de los códigos de construcción son los municipios y después el estado debe darle seguimiento”, señala.
¿Cómo funcionan las alertas sísmicas?
A casi 10 días de los dos terremotos ocurridos de manera simultánea en Turquía y Siria y que hasta hoy han cobrado la vida de más de 35 mil personas, el contar con una alerta sísmica es relevante, sin embargo, la cercanía de los sismos en las ciudades en ocasiones impide una respuesta rápida de resguardo en la población.
El científico de la UANL Juan Carlos Montalvo Arrieta explica que este tipo de alertas básicamente tiene éxito debido a que las fuentes que generan los terremotos, independientemente de qué tan grandes sean, se encuentran a distancias considerables de las zonas que pueden ser afectadas.

Por ejemplo, en el caso de los sismos que pasan en la Ciudad de México, la mayor parte de ellos sucede en promedio a más de 250 kilómetros de distancia, lo que significa que cuando están iniciando, la instrumentación que está funcionando empieza a detectar si las señales sísmicas que están empezando a generarse sobrepasan ciertos umbrales que ya están establecidos, para después enviar una alerta.
Sin embargo, qué pasa con los terremotos, independientemente de la fuente sísmica, que puede ser muy fuerte cuando ocurren muy cerca de las poblaciones, es que no hay tiempo para poder enviar esta alerta, ya que prácticamente en lo que se están analizando las diferentes estaciones y se están sobrepasando umbrales, las ondas sísmicas están llegando prácticamente a la ciudad, algo muy similar a lo que pasó en Turquía y Siria”.
Tal es el caso de lo que pasó también en la Ciudad de México, en 2017, en donde el terremoto de magnitud 7.1 causó severos daños debido a que se presentó muy cerca de la ciudad, a unos 130 kilómetros de distancia, es decir, las ondas sísmicas llegaron primero que la alerta sísmica.

Foto: AntoFran
“En conclusión, el asunto es que cuando las ondas urbanas están prácticamente sobre las fallas o muy cerca de la zona donde están ocurriendo los terremotos, es una tarea un poco complicada, porque la alerta va a estar sonando prácticamente cuando estén llegando las ondas sísmicas y el tiempo de salir o resguardarse es más complicado”, añade el especialista en peligro sísmico.
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