Son plásticos biodegradables el material del futuro
El consumo de mascarillas y compras por internet en pandemia elevó el uso de plásticos sintéticos; pero una alternativa sustentable son los biopolímeros bacterianos como los que desarrollan investigadores del Instituto de Biotecnología de la UANL.
Entre los tipos de biopolímeros sustitutos del plástico sintético que desarrolla la biotecnología de vanguardia, los PHAs son los más prometedores por su abundancia natural y las aplicaciones industriales, agrícolas y biomédicas que ofrecen.
Pero también porque en los últimos años, y aún más en estos casi dos años de pandemia, se incrementó mundialmente un 15 por ciento el consumo de plásticos sintéticos por las mascarillas, guantes y productos comercializados por internet.
La ciencia tiene una solución a esto: los plásticos biodegradables; entre ellos, los biopolímeros bacterianos que derivan de bacilos, como los que desarrolla la doctora María Alemán Huerta, investigadora del Instituto de Biotecnología (IB-UANL).
Ella brindó el 3 de noviembre la ponencia “Bioplásticos de Bacillus” en el webinar sobre biotecnología ambiental que realizaron de forma conjunta los institutos de biotecnología de la UNAM y la UANL de manera virtual.
Biopolímeros, un presente con mucho futuro
Actualmente la producción de bioplásticos de PHAs representa un mercado que se estima en 121 millones de dólares para el año 2025. La doctora Alemán Huerta piensa que “a los biopolímeros nadie los puede detener”.
Para muchos científicos los biopolímeros bacterianos son los biomateriales del futuro. Se adhieren en el interior de los organismos, principalmente bacterias, como fuente de energía bajo ciertas condiciones”.
La científica comentó que más de 300 especies bacterianas lo pueden producir y sus propiedades físico mecánicas y térmicas han podido ser usados en una amplia gama de campos al ser biodegradables y biocompatibles.
Las propiedades de los biopolímeros en la industria cosmética y textil mitigan la contaminación por micro plásticos. En la medicina puede usarse para la ingeniería de tejidos, andamios regenerativos, vendaje de heridas, suturas quirúrgicas o usos ortopédicos.
En la industria como recubrimientos electrónicos, consumibles diarios, tratamiento de aguas, coberturas para papel y cartón. En la agricultura como bolsas de crecimiento, redes agrícolas, recubrimientos para semillas o como composta.
Con bioprospectivas en árboles nativos
En el laboratorio L10 la investigadora y su equipo de trabajo han producido este biopolímero utilizando árboles de candelilla, mezquite y del agave.
“Nos falta estudiar, pero coincidimos con todo lo que se ha reportado con la literatura, es necesario seguir buscando. Trabajar en bioprospección de cepas bacterianas con capacidad productivas de PHAs”, reconoció la investigadora.
Alemán Huerta dijo que en su equipo de trabajo se siguen enfocando en nuevos sustratos de carácter regional y en mejorar los protocolos de extracción. Ellos trabajan con solventes reciclados o recuperados que reutilizan.
Parte de la comunidad científica ya la nombra como la PHAómica. Este año han salido a la luz publicaciones como “Mezquite y agave: potenciales sustratos en la industria biotecnológica de México”, en la revista Biología y Sociedad, de la FCB-UANL.
Asimismo ha sido útil en tesis doctorales y de licenciatura, como registro de anteproyecto, para participaciones en congresos y simposios, para una charla en la Universidad del Norte de Texas y para una tesis sobre su biodegradabilidad en la composta.
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Por: Luis Salazar