Tengo diabetes, ¿y ahora qué hago?
El Jefe del Servicio de Endocrinología del Hospital Universitario “Dr. José Eleuterio González, José Gerardo González, comparte los tres pasos esenciales para actuar de forma oportuna luego de ser diagnosticado con diabetes.
Cerca de 463 millones de personas en el mundo seguramente en algún momento de su vida se cuestionaron –incluso todavía se preguntan- qué hacer tras enterarse de que padecen diabetes.
Para el Jefe del Servicio de Endocrinología del Hospital Universitario “Dr. José Eleuterio González”, José Gerardo González González, aceptar la enfermedad y adoptar hábitos que le permitan al paciente convivir con la diabetes son puntos esenciales para tener una buena calidad de vida.
En México la diabetes es la segunda causa de muerte entre hombres y mujeres, pues representó el 15.7% de las defunciones en 2019.
“La diabetes es una enfermedad crónica para la cual, si bien se puede controlar, no existe de momento cura. El paciente tiene que trabajar por lograr un control adecuado las 24 horas de los 365 días del año y esto mismo hace que le cueste decir ‘tengo diabetes’”, aseguró González González.
Según la Federación Internacional de Diabetes, en el mundo una de cada 11 personas adultas padece diabetes.
Primer paso: Aceptar la enfermedad
La diabetes es una enfermedad crónica que requiere atención las 24 horas del día. Pero al aceptarla, adquirir un nuevo estilo de vida resultará mucho más sencillo para quien lo padece.
El doctor José González, profesor de la Facultad de Medicina de la Universidad Autónoma de Nuevo León, explicó que el descontrol de la enfermedad puede llevar a una serie de complicaciones que limitan aún más la salud de los pacientes.
Es muy importante que médico le explique al paciente que si bien es una enfermedad crónica incurable con complicaciones graves, estas últimas suceden cuando el paciente no se cuida y no acude a su médico y que, por lo tanto, si logran rápidamente controlar la enfermedad la posibilidad de que esas complicaciones sucedan es baja y el tratamiento puede ser muy sencillo”.
Segundo paso: Conocer la enfermedad
La diabetes es una enfermedad crónica en la que existe una alteración en el metabolismo, principalmente de carbohidratos, pero también de proteínas y grasas, por una deficiencia parcial o absoluta de insulina.
La forma en la que se expresa bioquímicamente y en cómo se diagnostica la diabetes es que los niveles de glucosa en sangre se elevan de manera constante.
Tener diabetes significa que la glucosa se encuentra elevada en el cuerpo y que si no se controla aumenta la posibilidad de tener complicaciones crónicas como ceguera, neuropatía dolorosa, insuficiencia renal crónica, amputaciones, infartos en el corazón y cerebro.
“Esta enfermedad impacta en la vida de las personas de muchas formas. Por una parte, tienen que realizar una serie de cambios en su estilo de vida.
“Por otra parte, en caso de padecer las complicaciones de la enfermedad, cada una de ellas altera la calidad de vida y funcionalidad de las personas de una manera importante”, explicó el doctor José González.
El especialista en diabetes mellitus, miembro SNI Nivel III del Conacyt, precisó que “la persona con diabetes se convierte en su propio paciente de por vida pues requiere tomar medicamentos, monitorizar los niveles de azúcar en la sangre, ir al médico y tomarse laboratorios de control y hacer esto por 20, 30 o más años es complicado”.
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Tercer paso: Aprender a convivir con la diabetes
Pero vivir con diabetes no es sinónimo de sufrimiento. Aprender a convivir con la enfermedad es fundamental para evitar cualquier complicación y llevar una vida con calidad.
Los hábitos más importantes a incorporar en una persona con diabetes son dos: una correcta alimentación y ejercicio de manera rutinaria.
Aunque las recomendaciones en la alimentación varían en cada caso, un común denominador es limitar al máximo el consumo de productos con alto contenido calórico como lo son las bebidas gaseosas y las harinas.
“Es importante hacer notar que la idea es que ambas puedan ser adoptadas por lo que le resta de vida al paciente y que, por lo tanto, deben encajar en la forma de vida que tiene.
“Esto quiere decir que si bien es muy importante que el paciente los adopte, tiene que ir de la mano con que no sean tan rígidos o difíciles de hacer en el mediano o largo plazo y que para el paciente no representen una carga”, explicó el endocrinólogo del Hospital Universitario de la UANL.
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Por: Blanca Medina Viezca