Una década de crecimiento del programa astronómico de la UANL
En sus primeros 10 años el Programa Universitario para el Desarrollo de la Astrofísica y Ciencias del Espacio de la UANL creó programas educativos, su propio telescopio, un observatorio y estableció convenios con agencias espaciales.
Hace 40 años contar con un programa espacial en la Universidad Autónoma de Nuevo León era un sueño entre los alumnos de la Facultad de Ciencias Físico Matemáticas (FCFM). Ese sueño cumple 10 años y expande sus objetivos y alcances como un Big Bang.
Para el Programa Universitario para el Desarrollo de la Astrofísica y Ciencias del Espacio de la UANL todo empezó ese 5 de marzo de 2012, cuando firmó un convenio de colaboración con el Instituto de Astrofísica de Canarias, España.
Hoy, 10 años después, el programa ha crecido en todas las áreas de su plan estratégico: en lo académico y la movilidad, en infraestructura, en recursos humanos, en alianzas estratégicas y en ser un detonador del desarrollo de las comunidades de sus distintas sedes.
“Estos 10 años lo que hemos estado haciendo es desarrollar infraestructura y recursos humanos”, resume el astrónomo y director del Programa de Astrofísica, Eduardo Pérez Tijerina.
El Observatorio Astronómico y el Tlapiani, donde todo orbita
Al pensar en dónde investigarían los estudiantes y profesores del programa astronómico, Pérez-Tijerina y su equipo de trabajo buscaron el sitio ideal para construir un observatorio astronómico universitario. Y lo encontraron.
En lo alto de la cima del cerro Picachos, en Iturbide Nuevo León, a una altura de más de dos mil 500 metros sobre el nivel del mar está el Observatorio Universitario. Un sitio que guarda una de las mayores cantidades de noche de cielos oscuros del país.
El director del programa considera que lo más importante de un observatorio astronómico es el telescopio. Ellos consideraron en comprar uno de 1.3 metros que les ayudaría a la detección de asteroides. Pero por cuestiones presupuestales no se logró.
“Llegamos a la conclusión que una buena forma de investigar y formar recursos humanos era diseñar y construir nuestro propio telescopio en conjunto con la UNAM. Decidimos hacer un telescopio específico para el monitoreo de asteroides, el Tlapiani”, relató.
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Las agencias espaciales y el turismo científico
Además del Instituto de Astrofísica de Canarias, el Observatorio ha contraído convenios de colaboración con la Academia de Ciencias Rusa, el Observatorio Astronómico de Shanghái y en fecha reciente con el Instituto de Investigaciones Espaciales de Brasil.
Más allá de lo científico, comentó el astrónomo, otro punto esencial del programa es impulsar el desarrollo económico de los sitios donde cuentan con sedes como los municipios de Iturbide, Galeana, Bustamante y próximamente en Zaragoza.
Es por esto que además de sus instrumentos han convenido llevar internet de alta velocidad a esos municipios y desarrollan el destilado Tlapiani, porque cultivan agaves en el perímetro del Observatorio con el plan de conseguir la denominación de origen como mezcal.
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En 2014 hubo un cambio constitucional en protección civil donde se reconocen dos fenómenos astronómicos como causantes de desastres naturales: la posible caída de un asteroide y los efectos de una tormenta solar sobre los sistemas tecnológicos”.
Es por ello que el programa trabaja en crear su propio tetra-telescopio Tlapiani para detectar asteroides, y que el cuarto piso del Posgrado de la FCFM es la sede en Nuevo León del Laboratorio Nacional de Clima Espacial.
Para continuar con su expansión, en próximos años elaborarán un instrumento para el clima espacial que será transportado en un satélite que enviará al espacio el Instituto de Investigaciones Espaciales de Brasil en 2024.
Por: Luis Salazar