Estadio “Chico” Rivera, máximo escenario del deporte universitario
Nombrado en honor al destacado promotor deportivo Raymundo "Chico" Rivera, el estadio que celebra su 60 aniversario ha visto surgir de su pista a atletas olímpicos como Raúl “Matemático” González y Daniel Bautista Rocha, así como a nuevos valores del deporte como Diego del Real y Susana Hernández Aviña.
El primer recinto deportivo ubicado en Ciudad Universitaria está cumpliendo 60 años, tiempo en que ha sido testigo de un sinnúmero de hazañas gestadas desde su emparrillado, pasando por su pista de atletismo y el campo de futbol, que lo convierten por derecho propio en todo un estadio plurifuncional.
Antes conocido como Campo de Prácticas, luego como Campo Chico, el Estadio Raymundo “Chico” Rivera hoy luce radiante a la espera de volver a recibir todo tipo de competencias estatales, nacionales e internacionales, además del tradicional torneo intrauniversitario de futbol americano.
Inaugurado el 10 de febrero de 1962, el estadio fue parte del proyecto arquitectónico que dio vida a la Ciudad Universitaria, iniciando su construcción en 1957, bajo la supervisión del arquitecto Eduardo Belden y el ingeniero Federico Garza Tamez.
Junto a ellos colaboraron los arquitectos José Sánchez Villarreal, José Garza González, Eduardo Romero Jasso y Mario de Zamacona, así como el ingeniero Marco Aurelio Torres. Asimismo, el director de Educación Física de la entonces Universidad de Nuevo León, Franklin Oliverio Westrup Leal, quien sería sustituido por el ingeniero Raymundo “Chico” Rivera, sin saber que años después el recinto llevaría su nombre.
Sede de los campeones universitarios
En la década de 1970, siendo el ingeniero Cayetano Garza Garza director de Deportes de la UANL, el Estadio Chico se adaptó con un gimnasio para acondicionamiento físico, contando bajo su graderío con baños, vestidores, sanitarios, lóckers y una bodega.
Ya en octubre de 1979, la UANL, en reconocimiento a su labor en pro del deporte universitario, nombró al recinto como Estadio Raymundo “Chico” Rivera, complejo deportivo que albergó las oficinas del equipo representativo de los Auténticos Tigres y se convirtió en sede de los equipos de atletismo de Tigres, múltiples campeones en la Universiada Nacional.
Con el paso de los años, el emparrillado también se volvió la casa de entrenamiento de los Auténticos Tigres y de épicas batallas de torneos intrauniversitarios, además de que la pista de atletismo ha sido testigo del surgimiento de medallistas olímpicos como Raúl “Matemático” González y Daniel Bautista Rocha.
Así como de las atletas Guadalupe Lartigue, quien ostentó varios años el récord nacional de lanzamiento de bala, Elisa Navarro y Guadalupe Dávila, competidoras de altos vuelos en las pruebas de pista.
Sin olvidar a Jessica Ponce, quien destacó en los Juegos Centroamericanos juveniles en el lanzamiento de martillo, o a Paulina Flores y Laura Pulido, quienes obtuvieron medallas en la Universiada Nacional.
Susana Hernández Aviña, récord nacional en salto de longitud, y Violetta Ávila, especialista en las pruebas de velocidad de 100 y 200 metros, junto a Diego del Real Galindo, seguramente también guardan gratos recuerdos de sus entrenamientos en este espacio.
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Por más glorias deportivas
Para el doctor José Alberto Pérez García, titular de la Dirección de Deportes de la UANL, el Estadio Raymundo “Chico” Rivera es uno de los grandes logros de la infraestructura deportiva universitaria.
“Fue un espacio creado para desarrollar el aspecto extracurricular de nuestros estudiantes: la combinación perfecta de estudio y deporte, desde donde se promovía la mente sana en un cuerpo sano”, recordó el directivo.
La creación del espacio tiene además relevancia en la historia cultural del estado, ya que durante su inauguración era escasa la infraestructura deportiva en la entidad, sin dejar de mencionar que el estadio dio gran impulso al deporte universitario competitivo”.
Pérez García recuerda cómo se abarrotaba el graderío del estadio para presenciar las finales de los años 70 entre FIME y Medicina o para presenciar en vivo en la década de los 80 los entrenamientos de los medallistas olímpicos Raúl González y Daniel Bautista.
“Igualmente las instalaciones del estadio han sido parte fundamenta en la formación y consolidación de atletas destacados en Juegos Centroamericanos como Javier Meza, Juan Pablo Lago y recientemente Diego del Real”, refirió Pérez García.
El director deportivo mencionó que al Estadio “Chico” Rivera aún le quedan muchas glorias deportivas por conquistar y que ya se están preparando para el regreso de los torneos intrauniversitarios, incluso los equipos representativos de Tigres ya entrenan en este sitio rumbo a la Universiada Nacional 2022.
Estadio Raymundo “Chico” Rivera
La Facultad de Arquitectura de la UANL y la Escuela Superior de Agricultura “Antonio Narro” de Saltillo, Coahuila, disputaron el primer partido en su cancha.
En su pista se realizaron las pruebas de atletismo de las ediciones 2007, 2015 y 2017 de la Universiada Nacional.
En su emparrillado se realiza la pretemporada de los Auténticos Tigres categoría Intermedia y Juvenil.
Es casa de los equipos de velocidad y salto del representativo Tigres de atletismo.
Cada año recibe los juegos de futbol americano del torneo intrauniversitario de las categorías Novatos y Veteranos.
Es sede del evento Copa Nuevo León, antes Día del Estudiante.
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Un deportista nato
Raymundo Rivera Villarreal (Monterrey, N. L. 1929-2003) fue egresado de la Facultad de Ingeniería Civil en 1949, donde se desempeñó como maestro e investigador y desarrolló una amplia actividad académica y administrativa, dejando un legado imborrable en el Departamento de Ingeniería de Concreto del Instituto de Ingeniería Civil de la UANL.
En el ámbito deportivo, es digno de mención su paso por los Castores de Ingeniería Civil, el haber anotado el primer touchdown en la historia de la Liga Intrauniversitaria de la UANL y fungir como director del Departamento de futbol americano de la UNL en 1962 y como coordinador de educación física de la misma UNL de 1963 a 1970.
Fuente: Centro de Documentación y Archivo Histórico UANL
Por: Norberto Coronado Fotografía: Marcus Morales