La Máquina del Mal, formadora de calidad humana
Mateo Zambrano, egresado de la UANL, es entrenador del equipo de futbol americano La Máquina del Mal, en el Cereso Topo Chico. Su objetivo es formarlos no solo en lo físico sino también en lo humano.
Por: Norberto Coronado
Mateo Zambrano Ruelas es egresado de la Facultad de Ciencias de la Comunicación, ex jugador de los Pericos Salvajes y de las Panteras de la Preparatoria 22 de la UANL.
Ahora, es entrenador de La Máquina del Mal, equipo conformado por internos del Centro de Reinserción Social Topo Chico.
¿Pero cómo es que Zambrano llegó como coach en el Cereso?
Esto gracias a una visita y durante una conversación que sostuvo en ese lugar con un amigo preso.
Él le comentó que los internos tenían un equipo de futbol americano, pero solo entrenaban; es decir, no celebraban partidos de manera oficial.
Mateo se interesó en coachearlos y dejó su número telefónico en el Cereso. Para su sorpresa, le llamaron. Tomó las riendas del equipo, jugaron partidos oficiales y llegaron hasta semifinales de la Liga Unión de Futbol Americano del Norte (UFAN).
Formación humana
El entrenador confesó que su objetivo y el logro que más ha sentido es que este coacheo les ayuda a los internos a mejorar su calidad de vida en el reclusorio.
Asimismo, el propio “ingreso” en el Cereso también ha trastocado su vida. La familia Zambrano lo apoya en todo momento y las palabras de aliento son fundamentales para guiar un proyecto que está cambiando el entorno de 25 jugadores de La Máquina del Mal, modalidad arena.

“Tú no te diste cuenta, pero lo que hiciste de traer este partido aquí; alrededor todas las familias eran muy felices al ver a sus familiares jugando, desestresándose un poco de la rutina’. A partir de ahí dije: ‘¡Va! Vamos a hacerlo’, y lo seguimos haciendo con mucho gusto”.
Zambrano Ruelas confesó que le debe mucho al futbol americano: los valores y disciplina que le inculcaron sus entrenadores fueron el ancla para que él terminara sus estudios.
Esta filosofía de vida es lo que intenta transmitir a los jugadores durante el entrenamiento, pero también en su día a día al interior del Cereso.
Nosotros terminamos y salimos; ellos se quedan. Entonces, tienes que buscar motivarlos no solamente en lo deportivo sino en el humano también. Los reflectores están mal enfocados. Son personas que cometieron errores y lo están pagando. Y hay que poner un granito de arena para ayudarlos".
“El futbol americano se convierte en un estilo de vida; su disciplina, sus ejercicios. Todo lo que te hace jugador y aquí lo aplicamos. Como todo, tenemos estrellas, jugadores de mal humor, los disciplinados y puntuales. Todos somos una gran familia”, comentó.

Debido a la decisión del Gobierno del Estado respecto al cierre del Cereso Topo Chico, La Máquina del Mal seguirá escribiendo su historia en el Cereso Apodaca.
“El equipo no se detiene, buscaremos más jugadores y la Máquina del Mal seguirá en pie”, aseguró el coach.