Premia IMPI dispositivo alimentador de mosquitos de UANL
Un equipo multidisciplinario de la UANL compuesto de biólogos, químicos, veterinarios y odontólogos creó el dispositivo de alimentación artificial para mosquitos hematófagos a fin de coadyuvar en el estudio y tratamiento de enfermedades de transmisión vectorial en el país.
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), las enfermedades de transmisión vectorial (mosquitos, garrapatas, piojos) representan más del 17 por ciento de todas las afecciones infecciosas y anualmente provocan más de 700 mil muertes en todo el mundo.
Por ejemplo, el dengue es la infección vírica más frecuente transmitida por mosquitos del género Aedes, en donde más de tres mil 900 millones de personas en más de 129 países pueden contraer esta enfermedad y cada año se registran 40 mil fallecimientos.
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Según el World Mosquito Program, en México ha surgido un brote de dengue en los últimos años y se estima que los índices de infección se incrementen en un 40 por ciento en los próximos 50 años.
Ante este panorama, la Universidad Autónoma de Nuevo León desarrolló el dispositivo de alimentación artificial para mosquitos hematófagos, en el cual colaboraron las facultades de Medicina Veterinaria y Zootecnia, Ciencias Biológicas, Odontología y el Centro de Investigación y Desarrollo en Ciencias de la Salud.
Este proyecto innovador de la UANL ha tenido tal impacto en el sector científico y de la salud que fue galardonado en el Día Mundial de la Propiedad Intelectual el 26 de abril con el Premio IMPI a la Innovación Mexicana al lograr el primer lugar en la categoría de Modelo de Utilidad.
“Es una invención sumamente relevante que va a abonar a los estudiantes y a todos los laboratorios que se dedican a este tipo de investigación, ya que se buscarán alternativas de solución a enfermedades como el dengue, por ejemplo”, señaló la Directora Divisional de Patentes del Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial (IMPI), Eulalia Méndez.
Por su parte, la investigadora de la Máxima Casa de Estudios Rosa María Sánchez Casas detalla la relevancia de este proyecto en el estudio y tratamiento de enfermedades de transmisión vectorial en el plano nacional.
Hay una caracterización que se llama emergencia y reemergencia de enfermedades. La primera trata de una enfermedad nueva como el COVID-19 y la segunda es algo que ya existió y después vuelve a aparecer, por ejemplo, la fiebre amarrilla, de la cual actualmente hay reportes de que hay una remergencia en el país, siendo una de las enfermedades que transmiten los mosquitos. Algunas otras son el dengue, zika, chikungunya y el virus mayaro”.
En el dispositivo de alimentación artificial para mosquitos hematófagos trabajaron también los científicos Ildefonso Fernández, Jorge Rodríguez, Mariana Guerrero, Óscar García y Osvelia Rodríguez, equipo multidisciplinario compuesto de biólogos, químicos, veterinarios y odontólogos que llevan alrededor de siete años trabajando en colaboración.
El precio, clave en la creación del dispositivo
El alto costo de ciertos alimentadores para mosquitos que existen en el mercado fue una de las razones por las que el equipo de científicos de la UANL decidió realizar el dispositivo ya mencionado.
El precio, el fácil manejo y la adaptabilidad a cualquier condición son las características que destacan del dispositivo creado por la Universidad Autónoma de Nuevo León.
De acuerdo con datos de la también profesora de la Facultad Medicina Veterinaria y Zootecnia Rosa María Sánchez Casas, hay alimentadores muy específicos para ciertas condiciones y con equipos complementarios que cuestan alrededor de cinco mil dólares.
“Una de las problemáticas es el dinero, porque actualmente existen otros alimentadores muy costosos, por lo que observamos que había la necesidad de hacer un dispositivo que nos permitiera estar alimentando a los mosquitos que fuera accesible y fácil de manejar y con el cual además obtuviéramos buenos resultados, ya que no es solo alimentar a los mosquitos, sino que también tengan descendencia. Hacer un dispositivo como el nuestro cuesta alrededor de 500 pesos, lo que lo hace muy económico, pero al lanzarlo al mercado, el precio sería diferente”, explica Rosa María Sánchez Casas.
¿Cómo funciona?
El dispositivo de alimentación artificial para mosquitos hematófagos está compuesto de diversas piezas de material PVC, el cual en uno de los extremos tiene una almohadilla que absorbe la sangre, además de que también se elabora una combinación de un agar especial que también lleva la sangre. Este alimentador va sostenido en una base de madera que le permite quedar fijo en una jaula.
Los mosquitos los pueden tener en jaulas que miden 30 x 30 x 30 o 45 x 45 x 45 centímetros, medidas idóneas para adaptar el dispositivo de la UANL, y en donde se puede alimentar a una gran cantidad de hembras sin necesidad de arriesgar a personas o animales.
A través de este proceso se busca atraer a las hembras, porque solo ellas son las que se alimentan de sangre. En una jaula con las medidas mencionadas se puede tener alrededor de 100 a 500 mosquitos entre machos y hembras.
Los mosquitos se alimentan de sangre y néctares, sin embargo, si una hembra no toma sangre no tiene descendencia, por eso es importante este proceso y que siga habiendo nuevas generaciones y poder continuar con nuestros estudios”.
El equipo de investigadores de la Máxima Casa de Estudios ha trabajado con las especies de mosquito Aedes Aegypti, principalmente, ya que trasmite las enfermedades de dengue, zika, chikungunya, virus mayaro y fiebre amarrilla. Asimismo, también estudian al mosquito Culex, el cual transmite encefalitis.
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Por: Eduardo Rodríguez Palacios Fotografía: Efraín Aldama