‘Ya no estoy aquí’: La nostalgia por Monterrey
El director de la cinta expresó que,a demás de exponer el exilio, la migración y el desafío de los prejuicios, deseaba resaltar la nostalgia del protagonista de sus orígenes.
La música y la cultura colombiana son fundamentales en la vida de Ulises Samperio, integrante de la pandilla de los Terkos de la Colonia Independencia en Monterrey y quien por azares del destino hubo de dejar su barrio y su tribu urbana para emigrar a los Estados Unidos.
Con una cumbia rebajada de fondo, la cinta Ya no estoy aquí retrata los sonidos de una parte significativa de la contracultura regiomontana, siendo las ideas y creencias las protagonistas de la historia, amén de abordar el tema de la migración y los motivos por los que las personas se sienten obligadas a abandonar sus lugares de origen.

La película habla sobre tres cosas en esencia que son la resistencia, la identidad y la pertenencia. Para mí es una película de resistencia porque quizás estos chicos no pueden verbalmente articular una respuesta a una opresión sistemática, pero toda su simbología mística, sus elementos nos hablan de esa necesidad de reinventarse, de crear una nueva identidad”.
En el marco del programa “Monterrey-Los Ángeles: Ciudades de Migrantes”, Frías charló, junto a Kristy Guevara-Flanagan, profesora asociada en la Escuela de Teatro, Cine y Televisión, y Rubén Hernández-León, director del Centro de Estudios Mexicanos, ambos de la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA), sobre la importancia del trabajo cinematográfico que lo llevó a ganar importantes premios en todo el mundo.
Premios de "Ya no estoy aquí"
Festival Internacional de Cine de Morelia 2019
Premio del Público / Mejor Largometraje Mexicano
41° Festival Internacional de Cine del Cairo
Pirámide de Oro por Mejor Película / Premio al Mejor Actor
62º Premio Ariel
Mejor película, dirección, dirección, revelación actoral, guión original y seis más.
Una cumbia para detener el tiempo
Lo que en un principio fue un accidente en una tornamesa se convirtió en un ícono de la contracultura colombiana, todo esto gracias al sonidero Gabriel Duéñez, ya que en uno de sus eventos el control de su reproductor musical se averío, por lo que la música disminuyó su velocidad, dando como resultado un ritmo más rebajado.

De acuerdo con Frías de la Parra, aunque hay muchas versiones sobre está música, la más acertada resulta ser la de Duéñez, además de que para el productor las cumbias rebajadas simbolizan la forma en la que los jóvenes podían disfrutar del momento.
Para mí reflejaba en sus cumbias rebajadas esa idea del tiempo, de intentar detener el tiempo, de alargarlo lo máximo posible, porque estos chicos, que a los 15 años deberían estar viviendo sus momentos de gloria, tal vez estén disfrutando los últimos momentos de su juventud, ya que desde muy chicos se vuelven padres de familia o están enganchados en la drogadicción o en una adicción seria, o empiezan a trabajar en el crimen organizado; y si acaso quieren irse por el camino de la derecha, lo tienen casi imposible, tienen muchísimos elementos en contra”.
La añoranza de lo perdido
Además de abordar el exilio, la marginación y el desafío de los prejuicios o estereotipos de los migrantes, la multipremiada cinta habla, a través de la visión de Ulises, de la añoranza de la ciudad que lo vio crecer.

“Al tener un personaje en el destierro, yo tenía el chance de profundizar en lo que extrañaba, en lo que ese personaje había dejado atrás y ver a través de su memoria el valor emocional de lo que estaba dejando atrás, entonces, podía observar ese Monterrey a partir de la nostalgia, el extrañamiento que siente Ulises en el destierro”, señaló el también guionista de la cinta.
Algunas inmigrantes podrían juzgarlo y decirle: ‘Olvídate de tus estupideces, ponte a trabajar y empieza de nuevo. Tienes esta oportunidad y no todos llegan hasta aquí. Hay mucha gente tratando de cruzar la frontera y no todos pueden y tú andas todo melancólico y nostálgico’, pero quizás hay otros que opinarían distinto: ‘Tú eres fiel a ti mismo y eso es importante en esta vida. No todo el mundo hace eso. Muchos abandonan sus creencias en busca del sueño americano y el dinero’”.
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Por: Gabriela Ortiz